domingo, 27 de julio de 2014

Cosas que presientes, sin necesidad de preguntar

En esta vida, hay cosas que presientes, y creo que es mejor no pedir aclaraciones.

Bien, pues fuera como fuese, lo cierto es que me han dejado este otro comic erótico, en el que Rebecca nos cuenta otra historia lésbica, muy, pero que muy, erótica, con imágenes explicitas.




































Los colores y los cómics se hicieron para los gustos, y éste, de categoría X, tiene su punto misterio-morboso-masoquista, en lo de que una de las protagonistas (la doctora en psicología que durante un año trató a la segunda protagonista de la historia), se le ocurra ir a visitar a su ex-paciente a su casa, pensando que estará sola, y al llegar allí, descubrir que está acompañada de su antigua novia, tras lo cual, entre ésta última y su ex-paciente, después de sujetarla, la desnudan completamente, la amordazan y la atan de pies y manos en una silla, para que las vea a ellas dos, mientras hacen salvajemente el amor.
Por supuesto, la doctora es joven y guapa, tal y como exige el guión, y ya puestas, he echado en falta que, además del dildo vibrador, no le colocasen en los pezones unas pinzas con una cadenita con cascabeles, con la que ambiertarles la velada, que siempre digo que las cosas, o se hacen bien, o no se hacen.
;-) 
Hasta ahí, una pasada de historia, pero lo que creo que ya es excesivo, es lo de que tras terminar su fiestecita la parejita feliz, y a modo de "postre", se follen también a la doctora, primero la novia de su ex por delante, y después su ex, que quizás a modo de venganza y mensaje subliminal, por detrás, quedando la doctora con todo ello, contenta y feliz, por los nuevos e intensos placeres sexuales que le han descubierto, y por la forma "sutil" de haberla ayudado a salir del armario.

Lo dicho, un comic muy erótico (de hecho, porno), que tiene su punto masoquista-morboso en la secuencia de la silla, pero que al final se desmadra. De hecho, suprimiendo/cambiando esa parte, la historia hubiese sido la de una venganza mucho más retorcida, basada en someter a la doctora a un suplicio de Tántalo sexual.

En fín, que ideas y fantasías erótico-morbosas no nos faltan, y que la que tiene una amiga, y una silla (que siempre he pensado que sirven para más cosas, además de para sentarse), tiene un tesoro.

;-)

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