Es lo que tiene el trabajo de consultora, que unas veces te toca trabajar en la oficina de un cliente, y otras, en la de otro, y a una de las últimas en las que he trabajado, nosotras (las consultoras que estábamos allí) la llamábamos, la oficina Casa de Alillo (en Catalán Can Alillo).
Para quienes no entiendan el Catalán, y no le pillen la gracia al chiste, decir que "Can" significa "Casa de", pero que "Canalillo", no siempre significa, la Casa de Alillo.
Y es que a todas nos gusta lucirlo, pues realza nuestro atractivo, pero opinábamos (las auditoras), que lo de aquella oficina, era una exageración. No sabemos si era algún tipo de competición veraniega, a ver la que lo tenía más bonito o más profundo, o bien era que al jefe le gustaba aquel ambiente "canalillero".
Para quienes no entiendan el Catalán, y no le pillen la gracia al chiste, decir que "Can" significa "Casa de", pero que "Canalillo", no siempre significa, la Casa de Alillo.
Y es que a todas nos gusta lucirlo, pues realza nuestro atractivo, pero opinábamos (las auditoras), que lo de aquella oficina, era una exageración. No sabemos si era algún tipo de competición veraniega, a ver la que lo tenía más bonito o más profundo, o bien era que al jefe le gustaba aquel ambiente "canalillero".
Bueno, pues a partir de ya mismo, que estaremos, espero, a bordo del Ferry hacia Menorca, y durante 16 días seguidos, es ésta que suscribe, la que piensa lucir su "Casa de Alillo", tanto en las calas y playitas, como, y muy especialmente, cenando en restaurantes, o tomando algo en alguna terracita frente al mar Mediterráneo.
;-)
¡Chaio!
PD: Año y pico después de haber publicado este post, ha aparecido un blog (Los Escotes de Alicia), que, con esta misma temática de canalillos y escotes, se ha hecho famosísimo.
Y es que como me decía mi madre: Mar, a veces eres genial, pero te falta constancia.
;-)
